La aparición de un bulto en la piel de tu perro puede suponer un motivo de alarma. Pero, aunque no se trate de una circunstancia normal, tampoco deja de ser algo que pueda suceder de una forma relativamente común a lo largo de la vida de tu mascota.
Al fin y al cabo, los perros están expuestos durante su vida diaria a numerosos riesgos, tanto para su epidermis como para su sistema inmunitario. Esta reflexión ya te alerta de que son amplias y variadas las causas que pueden provocar la aparición de un bulto.
Como especialistas en el mundo de la veterinaria, nuestro primer consejo es que no te aventures a medicar a tu mascota por tu cuenta. Te conviene, antes de comenzar cualquier tratamiento, que tu veterinario de confianza emita un diagnóstico preciso.
Los orígenes de estas protuberancias son muy diversos. Pueden aparecer simplemente debido a un pinchazo que sirvió para inyectar una vacuna. Se trata de una de las causas más inofensivas. En este sentido, la hinchazón va a desaparecer días después de puesta la vacuna, por lo que no te debes preocupar.
Los ganglios linfáticos del cuello y de las patas traseras, en caso de que haya una respuesta inmune contra algún patógeno, tienden a inflamarse, generando bultos. También las acumulaciones de pus de heridas infectadas dan lugar a abscesos. Hay que tener mucho cuidado con estas infecciones abultadas. Generalmente, requerirán de un tratamiento con antibióticos.
Los tumores, por su parte, producen los bultos más complejos, y su presencia puede significar que la vida del animal está en peligro, por lo que deben ser estudiados sin demora.
Es recomendable conocer las principales características, según los diferentes tipos de bultos que puede afectar a tu perro.
A la vista de la variedad de estos cuadros de síntomas, se requiere un análisis concienzudo por parte del veterinario. Las heridas limpias tienen una solución sencilla. Tu veterinario recurrirá a la aplicación de pomadas y cremas probablemente.
En los abscesos y hematomas, además de suministrar los medicamentos recomendados para desinflamar, es preciso proceder a la desinfección de la zona.
En los lipomas y tumores, hay que descubrir si son malignos. En ocasiones, puede bastar con revisarlos periodicamente, en otras requerirá la extirpación, pero los casos más graves de cánceres pueden requerir radioterapia y quimioterapia.
Revisa periódicamente la piel de tu perro por si encuentras algún bulto sospechoso. Si das con uno, coméntalo con tu veterinario para que, en caso necesario, le administre el tratamiento que necesite para volver a estar saludable cuanto antes.