Hay veces que creemos que las dolencias de nuestras mascotas son las típicas que suelen tener los demás animales. Por lo que actuamos en consecuencia y le medicamos o tratamos sin tener en cuenta la opinión de un especialista. No obstante, aunque hay muchos casos que son menos graves y conoces lo que debes hacer. No siempre tiene por qué ser así. Además, es posible que esos tratamientos que le administras si le ocurre algo recurrente vengan de los consejos de tu veterinario. Así pues, el mejor consejo que te puedo dar es que, si le ocurre cualquier cosa a tu mascota, avises a tu veterinario para quedarte tranquilo. Además, puedes estar haciendo daño a tu mascota si le administras cualquier medicamento o remedio sin saber realmente lo que le ocurre.
Por ejemplo, una vez un cliente trajo a su perro a la consulta en un estado horrible. Todo empezó cuando su perro salchicha de pelo largo tenía unos picores horribles y encontraron pulgas en la mascota. Entonces, le bañó con un champú antipulgas y el picor empeoró. Por lo que acudió a un amigo para ver qué hacer en vez de llamar a su veterinario. Lo cual habría sido más rápido y menos doloroso para su perro. Lo que su amigo le sugirió fue diluir cloro en agua y sumergir aquí al perro. Obviamente, la mascota no solo dejó de tener picores por las pulgas, puesto que estas habían caído abrasadas, al igual que la piel del perro. Además, el perro empezó a perder pelo por las quemaduras químicas y necesitó tres semanas para curarse.
En este caso, puedes pensar que nunca bañarías a tu perro en cloro y es normal, pero podrías estar haciéndole otro tratamiento que fuera igualmente malo sin saberlo. Es decir, está claro que no vas a bañar a tu mascota en cloro porque es algo muy obvio, pero puedes darle un medicamento que le mate sin saberlo.
Por ello, si tienes una mascota, es importante que te prepares para los momentos en los que tu mascota pueda necesitar cuidados en casa, hasta que puedas ir a la clínica veterinaria. Si no se trata de una emergencia grave, pero tiene dolor o malestar, es posible que puedas atenderlo en casa hasta el siguiente día laborable, que puedas hablar con tu veterinario.
1. No le des tus medicamentos para personas a tus mascotas. Puesto que muchos analgésicos para humanos son mortales para los gatos y causan daños irreparables en el hígado o los riñones de perros y gatos.
2. No des a los gatos medicamentos contra las pulgas y garrapatas para perros. Muchas de las fórmulas para perros pueden ser mortales para los gatos, aunque los vendan en una tienda normal. Por lo que si en la etiqueta pone “para perros” no creas solucionarlo utilizando una dosis más pequeña para tu gato. Ya que le puede provocar convulsiones.
3. Si a tu mascota le pican las orejas, no tiene por qué ser obligatoriamente porque tenga ácaros en el oído, aunque sea lo más típico. Puesto que, si le aplicas el remedio para curar esto y no lo tiene, seguramente acabará en la sala de emergencias del veterinario. Ya que seguramente era alergia que ha empeorado cuando le aplicas el medicamento para los ácaros del oído.
4. No utilices alcohol para frotar en los oídos de tu mascota o en su piel irritada. Sí, debo advertirlo porque no es el primer caso que me encuentro.
5. Si una mascota tiene la cabeza inclinada, no pongas nada en sus oídos, ¡Ni siquiera agua!
6. Si una mascota tiene los ojos irritados con enrojecimiento y los entrecierra debes llevarlo al veterinario de urgencia. Por ningún motivo apliques ningún medicamento para los ojos con esteroides, dexametasona o prednisona sin consultar primero a tu veterinario.
7. En el caso de los perros y gatos que tosen, no les des supresores de la tos en lugar de buscar atención veterinaria. Esto puede enmascarar los síntomas de la neumonía o la insuficiencia cardíaca congestiva.
Estos son algunos casos en los que debes tener precaución y acudir al veterinario, ya sea mediante llamada o, si él lo considera, acudiendo al centro. Sin embargo, hay otras afecciones que sí puedes tratar en casa. Tales como las irritaciones leves de la piel, sacudidas ocasionales de la cabeza, inflamaciones o descargas leves de los oídos, reacciones alérgicas no anafilácticas, cojera leve, deposiciones sueltas y otros síntomas de malestar.
Además, es importante que tengas un botiquín de primeros auxilios para que puedas ayudar a tu mascota. Así pues, tanto los suministros que irían en tu botiquín, como el modo de administrarlos es algo que puedes preguntarle a tu veterinario. Para conocer la lista de estos imprescindibles, puedes ver el artículo en el que te dimos esta lista de remedios.