Conoce todo sobre la diabetes en gatos para ayudar al tuyo

diabetes en gatos

La diabetes en gatos es más común de lo que puede parecer y debe ser tratada por el veterinario para no sufrir enfermedades peores.

La diabetes es una enfermedad relativamente frecuente que afecta a casi el 1% de los gatos en algún momento de su vida. Sin embargo, pese a ser bastante común, suele ser difícil de diagnosticar y de tratar. No obstante, aunque algunos gatos entran en remisión diabética con un tratamiento rápido y eficaz, la mayoría requiere un tratamiento de por vida.

Así pues, la buena noticia es que la mayoría de los gatos diabéticos tienen una vida larga y sana. Sobre todo, si se diagnostica la enfermedad a tiempo y se siguen las recomendaciones de tratamiento del veterinario. Sin embargo, si no se trata, la diabetes puede provocar complicaciones graves, como inanición, cetoacidosis diabética e incluso la muerte.

¿Qué causa la diabetes en gatos?

En primer lugar, la diabetes es un trastorno de la regulación de la glucosa en sangre. Respecto a la diabetes en gatos, cuando tienen hiperglucemia, esto deriva en consecuencias negativas. Así pues, en un gato sano, los niveles de glucosa en sangre están regulados por la insulina, una hormona producida por el páncreas. Por tanto, cuando estos niveles suben, el páncreas libera la insulina, lo que hace que se reduzca el nivel de glucosa en sangre del gato.

En segundo lugar, si el gato tiene diabetes, no produce suficiente insulina para reducir el nivel de glucosa en sangre. Esto hace que las células están literalmente hambrientas de nutrición.

Así pues, respecto al tipo de diabetes que tienen los gatos, suele ser de tipo II, es decir su organismo produce insulina, pero sus células se han vuelto resistentes a los efectos de la insulina. Además, los factores de riesgo para un gato con diabetes son la obesidad, la falta de actividad física, la edad y el uso de esteroides como es el caso de la prednisona.

¿Cuáles son los síntomas de la diabetes en gatos?

Primeramente, los signos más comunes son el aumento de la sed, el aumento de la micción y la pérdida de peso a pesar de un apetito voraz. De hecho, según la diabetes avanza puede provocar debilidad en las extremidades posteriores, es decir, neuropatía diabética. En algunos casos, pueden enfermar gravemente y sufrir un trastorno metabólico conocido como cetoacidosis diabética. Esta enfermedad se asocia a vómitos, diarrea, falta de apetito, letargo y muerte.

¿Qué debo hacer si sospecho que mi gato es diabético?

Si sospechas que tiene estos síntomas o ves que actúa de forma extraña, lo mejor es que lo lleves al veterinario. Este evaluará detenidamente a tu gato, buscando pruebas de otras afecciones médicas que puedan ser confundidas con la diabetes.

Por otro lado, que tu gato tenga un nivel elevado de glucosa en sangre y la presencia de glucosa en la orina sugieren la posibilidad de diabetes. No obstante, sin las pruebas pertinentes no se puede asegurar. Puesto que algunos gatos desarrollan niveles elevados de azúcar en sangre cuando están estresados (hiperglucemia por estrés). Por lo que es importante asegurarse de que la hiperglucemia es significativa antes de iniciar el tratamiento.

Cómo tratar la diabetes en un gato

En primer lugar, el objetivo del tratamiento de la diabetes es estabilizar los niveles de glucosa en sangre del gato. Por lo que, entre otras cosas, deberá seguir una dieta baja en carbohidratos. De hecho, este tipo de dieta representa uno de los pilares del tratamiento de la diabetes felina.

Así pues, al igual que en los humanos, también hay inyecciones de insulina, que también son un componente importante en este tratamiento. Por tanto, lo más habitual es que tu gato necesite inyecciones de insulina dos veces al día durante el resto de su vida. No obstante, algunos gatos pueden entrar en remisión diabética gracias al tratamiento y dejar de necesitar todo esto.

Además de este tratamiento, si tu gato tiene diabetes es importante que lo lleves regularmente al veterinario. Puesto que, debido a la diabetes, tienen más posibilidades de sufrir otras enfermedades. Tales como infecciones del tracto urinario o enfermedades dentales.

Por tanto, si crees que tu gato podría tener diabetes o estás notando algún comportamiento extraño, lo más sencillo es llevarle al veterinario. Puesto que él te dirá si le ocurre algo y podrás ayudarle.