Actualmente, las Clínicas Veterinarias como C.V. Faunia se preparan para un periodo de gran actividad. Esto se debe a que en estas fechas el frío suele ser más intenso, sobre todo por la noche. Por ello, hay un aumento de los casos relacionados con el frío a medida que descienden las temperaturas, con condiciones meteorológicas invernales adversas como heladas, niebla, nieve y fuertes vientos que afectan a nuestras mascotas.
Por ello, en este artículo te queremos dar algunos consejos que puedes llevar a cabo para que tu mascota no sufra por el frío. Puesto que hay un alto número de perros que mueren por hipotermia al día. Por lo que es importante estar pendiente de nuestras mascotas y evitar el frío que puedan sufrir.
En la medida de lo posible, debes mantener a tu mascota dentro de casa, especialmente durante la noche, cuando bajen las temperaturas. Puesto que puede sufrir congelación o hipotermia. Si tu mascota muestra signos de alguna de estas enfermedades, ponte en contacto con tu veterinario inmediatamente.
Por otro lado, aunque esté en casa, es posible que aquí también haga frío. Por lo que es recomendable que la temperatura no descienda de los 18ºC para que no pase frío.
Así pues, esto no solo afecta a los perros, sino a cualquier tipo de mascota, ya que corren peligro cuando el tiempo es adverso. Entre los problemas más comunes que tratan los veterinarios de urgencias por el frío se incluyen:
Esta es la mejor forma de evitar que se lesione o se congele. Puesto que los paseos serán por zonas conocidas y seguras que durarán menos de los normal. Por ello, es importante hacer más paseos, aunque estos sean cortos.
La sal y los productos químicos que se utilizan para quitar la nieve o el hielo de las carreteras y aceras pueden irritar las almohadillas de tu mascota. Sobre todo, si tienen pequeñas grietas o enrojecimiento entre los dedos. Por lo que debes limpiarle siempre las patas con un paño y agua templada al llegar a casa.
Al igual que los humanos, algunas mascotas, como los perros husky y los gatos persas, toleran mejor el frío que otras. Infórmate bien sobre su raza para conocer estos detalles y cuidarles mejor. Por ejemplo, los dóberman, los chihuahuas y los gran daneses necesitan un poco más de protección contra el frío. Las mascotas de nariz corta también corren más riesgo con las temperaturas extremas debido a dificultades respiratorias hereditarias.
En primer lugar, es importante señalar que es un mito que los perros y los gatos sean más resistentes al frío que las personas sólo porque tienen pelo. Incluso las mascotas de pelo largo corren peligro cuando hace frío. Considera la posibilidad de ponerle un jersey seco a tu mascota antes de salir y lleva siempre repuestos por si se moja.
Aunque pueda parecer algo habitual, en condiciones de nieve o ventisca, las mascotas tienen más posibilidades de perderse o desorientarse. Por lo que debes asegúrate de que la placa de identificación y los datos del microchip de tu perro o gato están actualizados y son pertinentes.
Aunque pueda parecer imposible, los perros de hocico corto, en particular, corren el riesgo de sufrir un golpe de calor. Esto ocurriría si hacen ejercicio vigoroso a temperaturas bajo cero y luego se instalan en una casa caliente.
Las mascotas que pasan largos periodos al aire libre pueden necesitar más calorías en invierno para generar la energía suficiente que les permita mantenerse calientes. No obstante, lo mejor es que hables con tu veterinario sobre las necesidades nutricionales de tu mascota. Puesto que, si le alimentas demasiado, tampoco es bueno.
Es de sentido común, pero debes comprobar regularmente el bebedero de tu mascota y llenarlo siempre que esté bajo de agua. Pocos animales pueden sobrevivir mucho tiempo sin hidratarse, sobre todo en temperaturas extremas. Además, también debes tener cuidado de no dejar que el cuenco de agua de tu mascota se congele.
Finalmente, si los meteorólogos predicen una ola de frío extremo o nieve y ventiscas, asegúrate de tener preparado un plan de emergencia para mascotas. Esto incluye abastecerse de comida y de cualquier medicación recetada, saber a quién llamar en caso de emergencia y cómo desplazarse al veterinario en caso de urgencia.